Artigas, prócer de la independencia del Uruguay, no existió.
Es un invento.
Artigas jamas quiso que existiera Uruguay, se llama a si mismo argentino oriental, luchó toda su vida por una federación de países que hoy forman Argentina y una de cuyas provincias seria Uruguay (y que incluiría como otra provincia más una parte del actual sur de Brasil).
Que la estatua y los restos de Artigas estén en la Plaza de la Independencia, como si Artigas hubiera sido el que quiso y luchó por la independencia del Uruguay como algo diferente a Argentina es un insulto a la memoria del verdadero Artigas.
Es mas, hasta 1870, por ahí, o sea durante las décadas iniciales del país, la figura de Artigas era denostada, criticada, insultada, justamente porque abrogaba por todo lo opuesto a lo que terminó siendo el Estado Oriental del Uruguay (porque se llamó así en los primeros setenta años, no República Oriental del Uruguay).
Para 1870 había que forjar una identidad uruguaya así que se necesitaba un prócer y como no había otro que no fuera asociado a alguno de los dos partidos políticos, blanco y colorado, se eligió la figura de Artigas para “darle manija” como “prócer de la patria”.
Y como consecuencia, Artigas y su forma de ser y pensar ha influenciado la identidad mental del uruguayo, no por rigurosidad histórica, como lo expresado arriba, que marca todo lo contrario, sino porque las cosas son como las aprendimos que son desde la escuela, como nos influenciamos colectivamente según quien creamos que fue nuestro “padre” nacional.
La identidad “uruguaya” nunca hubiera existido, si no fuera porque a Inglaterra le sirvió negociar con Brasil y Argentina para que ninguno de los dos se quedara con este territorio, y por descarte, si ninguno de los dos la podía tener, tenia que ser independiente.
Pero como las cosas a nivel psicológico son como creemos que son y fueron, y no como son y fueron, las frases de Artigas, como ser “que los más infelices sean los más privilegiados”, forjó parte de la identidad nacional uruguaya.
Artigas fue, junto con Moreno, en Argentina, uno de los lideres mas “socialistas” de America del Sur. Es mas, fue un socialista radical, hasta utópico de tan radical que era (si lo comparamos con el socialismo pragmático del siglo 21).
¿Resultado de tomar a Artigas como si hubiera sido (que no fue) nuestro padre patrio?
Somos un país sumamente avanzado en “igualdad”, porque nos ocupamos de los “mas infelices” mas que la mayoría del resto de los países de América del Sur (y mucho mas que países como USA que todavía están hablando de como hacer, o si hacer o no, que todos tengan cobertura medica cuando nosotros la tenemos hace años).
Hemos sido un país precursor de la educación pública gratuita laica y obligatoria. Si bien el propulsor práctico de esto fue Varela, décadas después, la idea de la educación como gran igualador social viene de Artigas (“sean los orientales tan ilustrados como valientes”).
Al tomar (erróneamente) a Artigas como nuestro padre, el padre del Uruguay, quedamos automáticamente incluidos por su firma de actuar en la vida. Por su “ideología”.
Para bien y para mal.
En el “para bien” hay varias cosas dos de las cuales menciono arriba.
En el “para mal” incluiría que hay en el Uruguay suficientes “radicales de izquierda”, como fue el, como para que su fanatismo les nuble la mente lo suficiente como para apoyar a Maduro aún después de tomar medidas que lo convierten en un dictador represor, y lo hacen “solo porque es de izquierda” en el sentido artiguista del concepto (priorizar tanto a “los más infelices” que se llega a tomar medidas económicas y políticas que suenan divino en el papel pero que en la práctica terminan empobreciendo a la sociedad y el país, como pasó en Cuba y Venezuela).
Y así como apoyan hoy a Maduro apoyaron otras cosas indefendibles solo porque la persona apoyada era “de izquierda” (olvidándose de otros aspectos no tan conocidos de la historia de Artigas como que jamás cayó en la corrupción y que jamás hubiera apoyado a los corruptos).
Pero que quede claro:
1) Héroe nacional uruguayo pro independencia del Uruguay nunca fue. Fue lo contrario a eso.
2) Fue un perdedor (a diferencia de las figuras nacionales del resto de los paises que eligen como tales a ganadores); sus objetivos no se lograron ni en vida, ni después, ni hoy. No supo tampoco crear un equipo de trabajo mancomunado en un ideal común; era tan individualista que todos sus manos derecha lo traicionaron, en algún momento, lo cual no le pasa a alguien que sabe crear a un grupo humano con mentalidad de equipo.
Y eso se transformó en parte de la “uruguayez”.
Vos fíjate cómo juegan al fútbol los uruguayos cuando se ponen la camiseta celeste (no juegan así cuando esos mismos jugadores se ponen otra camiseta de un cuadro de otro país y sintonizan con otra mística nacional)… les cuesta enormemente el trabajo en equipo, hacen “la individual” y la garra charrua aparece solo … cuando vamos perdiendo!!! (solo ahí nos sentimos “en casa”, genuinamente “uruguayos” fieles a nuestro “prócer perdedor”.
Y “jugar la pelota para atrás”, retrocediendo en lugar de correr endemoniadamente hacia el arco contrario, que eso es el futbol eficiente, es otra uruguayez coherente con tomar, como toman los uruguayos porque así se lo enseñan en la escuela, al éxodo, “la redota”, la retirada, el repliegue, como algo “bueno y admirable” (en otros países jamás se lo vería así, y nosotros jugaríamos al futbol diferente si nuestro padre patrio fuera Lavalleja, que arremetió de frente a todo galope contra el enemigo al grito de “carabina a la espalda y sable en mano”!). Los argentinos juegan así arremetiendo contra el enemigo y hacia el punto donde se logra la victoria (el área contraria) y oh que casualidad, Lavalleja y quienes lo acompañaban se consideraban a si mismos argentinos orientales, que buscaban liberar a una de las provincias del proyecto federal, la actual Uruguay, del yugo de los brasileños.
3) No es raro, con ese antecedente de referente nacional como padre patrio de una persona de “carácter pintoresco identificado con los más pobres e incultos de la sociedad y fiel a sus principios cueste lo que cueste” que un Mujica resuene en el inconsciente colectivo uruguayo para ser tan ampliamente votado como fue.
Entender de psicología también nos sirve para entender mejor el inconsciente colectivo de un pueblo, analizando su conducta de hoy a la luz de cómo fueron sus primeros años de vida y a quienes consideran (con razón histórica o sin ella, da igual) como los “padres de la patria” porque al igual que el ser humano individual, los pueblos también inconscientemente buscan “justificar” a ESOS padres, copiando sus conductas.
Artigas y los uruguayos
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