La vida no se rige por intenciones, sino por resultados.
De buenas intenciones está empedrado el infierno.
O conseguis el objetivo o no lo conseguis.
Si te acercaste 2 por ciento o 95 por ciento al objetivo da igual, si lo importante era conseguir el objetivo … en ambos casos, no conseguiste tu objetivo.
En el tema del crecimiento personal, la cuestión no es “saber” mucho ni siquiera “saber cual es tu problema”. No alcanza eso para llegar a la orilla, o sea, para lograr modificar tu vida para mejor, evitando repetir una vez mas el mismo viejo problema.
Llegar a la orilla no solo requiere conocimientos sino valor.
O sea la capacidad de aguantar el dolor (el miedo es solo una de las variantes del dolor emocional)
Porque para poder modificar nuestra vida debemos muchas veces cambiar viejas y acariciadas creencias sobre algo o alguien que nos duele tener que cambiar.
Y si no lo haces, te terminas ahogando, en la orilla, pero ahogando igual que si nunca te hubieras acercado a la orilla.
Todo el tiempo y energía invertidos en “aprender” se convierten en un absoluto desperdicio, si no se lo acompaña con el VALOR de cortar los lazos con las personas toxicas de nuestro pasado, por mas amorosas que en su momento hayamos sentido que fueron con nosotros (porque hay venenos que vienen envueltos en azúcar).
Posdata: para entender como es eso de cortar con alguien toxico de tu pasado, te pongo el ejemplo del divorcio, podes divorciarte de alguien sin dejar de quererlo/a, simplemente porque tomas nota que su presencia en tu vida te toxifica y te hace mal. Cortar con las figuras toxicas de nuestro pasado no nos obliga a dejar de quererlos ni tener buenos sentimientos para con ellos. Es dejar de permitir que sigan influenciando de forma destructiva en nuestras vidas presentes.
Como evitar que el crecimiento personal se convierta en nadar para morir en la orilla
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