Imaginate un partido de futbol entre dos cuadros uno de los cuales usa un invento especial que es una pintura que aplicada sobre el cuerpo y la ropa vuelve a la persona invisible para los del cuadro contrario, solo visibles para los del propio cuadro a traves del uso de unos lentes de contacto especiales.
Y que varios de los jugadores de ese cuadro usan esa pintura invisible.
Seria imposible ganarle a ese cuadro, porque los del otro cuadro no sabrían por donde viene el jugador contrario, donde está esperando el pase de la pelota, donde lo va a marcar a uno, cuando está a punto de rematar al arco.
Así son los subpersonajes inconscientes.
Uno ignora que están allí por lo tanto “no los puede marcar” utilizando el libre albedrío y el poder de la conciencia.
Operan a sus anchas.
Y luego a los objetivos o goles que marcan en la vida lo llamamos “mala suerte” o “destino”, o “culpa de los demás que me hicieron esto o aquello” (olvidando como esos jugadores internos inconscientes reclutaron a esas personas para la vida de uno, dejaron de ver ciertas señales utilizando el “no hay peor ciego que el que no quiere ver”, y demás maniobras que jugaron en el partido de la vida PARA conseguir eso que nosotros llamamos problema, enfermedad o accidente, pero ellos llaman “objetivo cumplido”)
Para ganar el partido de la propia vida lo que se debe conseguir es el antídoto a esa pintura invisible, que es lo que hace la psicología “pasando a la conciencia lo que antes estaba en el inconsciente”.
¿Alcanza para evitar los goles contrarios pasar lo inconsciente a la conciencia?
No.
Aun con todos los jugadores contrarios visibles uno igual puede llegar a perder el partido de futbol, ¿cierto?
El punto es otro.
SIN ver a los jugadores contrarios, los inconscientes, se pierde seguro (y luego uno se queja de la mala suerte que hizo justo a la pelota desviarse y entrar al arco, no, no fue mala suerte, fue el puntapié bien dirigido de uno de los jugadores invisibles, de uno de nuestros subpersonajes que ignorabamos que estaba viviendo ahi en nuestra mente e ignorabamos SU objetivo de vida).
CON los jugadores contrarios a la vista, ahí uno tiene una posibilidad grande de jugar bien y ganar el partido de la vida.