La comida podrida tiene sabor amargo y en la lengua tenemos detectores de sabor amargo para que evitemos tragarnos comida en mal estado.
O sea si la lengua nos dice “amargoooo, comida podrida” ahi escupimos, en lugar de tragar.
A veces conocemos a alguien, obtenemos en seguida información que debiera ser suficiente para decir “comida podrida, escupir” y cortar ahi mismo todo relacionamiento posterior, pero tragamos, y luego pasan meses o aaaaños mal hasta al final poder expulsar eso “en mal estado” de nuestra vida, no sin antes haber sufrido todos los dolores generados por haber tragado algo que debiéramos haber detectado como “no apto para tragar”.
Uno se puede “entrenar” a captar el “sabor” de otra persona de la misma manera que se puede entrenar a captar los gustos y sabores de la comida.
La salud emocional y psicológica asi lo requiere.