La terapia eficiente no es algo que vas para sentirte bien como cuando vas a un “spa”.
Es mas bien un quirófano donde se te hacen sesiones de psicocirugía donde no hay anestesia y en general “duele” (darse cuenta de cosas) durante la “operación” y después.
La psicoterapia eficiente es un lugar donde vas a derrumbar los pilares del edificio de tus falsas creencias sobre ti mismo, sobre tus padres y sobre la vida (falsas creencias que sacaste a partir de experiencias disfuncionales en tu crianza, en general en cuestiones relacionadas con alguno de los padres o ambos, o en situaciones traumaticas de tu pasado) para que puedas vivir tu futuro con mejor calidad de vida.
Hay personas muy carentes de afecto que sienten que no son merecedores de amor y que cuando el psicólogo/a les da afecto y los escucha con empatia, se sienten muy bien con eso.
Y todo bien si lo que buscas es la psicoterapia de “spa” pero creeme, no cura, alivia puntualmente Y NADA MAS.
Ademas, cambiar la creencia “nadie me quiere ni entiende” por la creencia “nadie me quiere ni entiende salvo mi psicólogo/a” no sirve para nada porque la vida no es lo que transcurre en el consultorio sino fuera de el.
No estoy diciendo que el afecto no tenga lugar en la relación psicólogo consultante o que ir a contar tus cosas y aliviar la presion interna expresandote (expresion = ex + presion con el ex como ex pareja, o sea, queriendo decir “sacado de tu vida”) no sea necesario a veces como quien toma una aspirina.
Pero hay consultantes que en realidad no van a terapia a hacer el verdadero trabajo necesario para sanar su vida sino que van como quien va a un spa, para “sentirse mejor un rato” hablando de sus problemas. Y hay psicologos que son buenos para tener “spas psicologicos” pero no saben curar.
La psicoterapia eficiente es para el otro tipo de consultantes que realmente van a terapia a sanarse, duela lo que duela, la verdad a toda costa.
Lo cual es la única actitud del consultante que sirve para sanar de verdad su vida y lo cual requiere, ademas de la actitud adecuada que no va para pasarla bien sino para confrontar la verdad, el encontrarse con un psicólogo que no solo sepa sino tenga talento innato para la psicología (lo cual ninguna Facultad otorga).
En general lo que cambia la vida del consultante son los “darse cuentas” que son, en su momento, muchas veces, dolorosos y desconcertantes, y que muchas veces obliga a tomar responsabilidad por cosas que preferíamos culpar afuera o que pone en evidencia las carencias de nuestros padres que preferíamos no darnos cuenta para poder seguir sentirnos protegidos por ellos (el niño interior necesita eso aun si uno tiene 40 años).
Si apuntamos a la terapia de “spa” del “sentirnos bien durante la terapia” apuntamos en la dirección exactamente opuesta a la eficiencia terapeutica.
Por lo tanto todo consultante que va a terapia tiene que tener en claro a que va, si a la terapia del “spa” o a sanarse de verdad.
Y buscar un psicoterapeuta acorde a lo que busca.