Imaginate vivir con un editor de memorias descarriado

Nadie se recuerda de su pasado exactamente como fue.
Todos editamos nuestro pasado.
En algunas cosas. Un poco.
Pero algunas personas tienen una patología del hardware cerebral, llamado “trastorno borderline” (o trastorno limite de la personalidad), uno de cuyos síntomas es que el “pasado” es editable en su totalidad.
Y no es que lo manejen a voluntad y se digan “quiero olvidarme de tal cosa” y “de esto también” y de “esto otro también” y de paso “vamos a agregar tal cosa que no existió”, sino que es mucho mas profundo el síntoma porque lo que sienten que fue su pasado (no es que te mientan, realmente sienten eso) es algo taaaan alejado de la realidad, con tantas cosas agregadas, tantas cosas deformadas por exageración o minimizacion, y tantas cosas quitadas, que ya no es una edición, es un mero invento.
La mayoría de los psicólogos que ejercen psicología clínica saben poco de trastorno borderline, en parte porque se enseña poco y mal en Facultad y en parte porque le huyen al tema porque la experiencia e historia demuestra que los pacientes borderline son muy difíciles de ayudar, de modo que siendo los psicólogos humanos tratan de evitar el sentimiento de fracaso (con los borderlines, estas destinado al sentimiento de fracaso terapéutico, si comparas lo que conseguís, con la misma inversión de tiempo y energía, con el paciente promedio).
Lo cual hace mas grave el problema porque las personas que sufren de trastorno borderline de la personalidad (que a propósito, son los mas difíciles de detectar porque parecen totalmente normales) necesitan desesperadamente algún tipo de ayuda eficiente, la cual requiere ser CONFRONTATIVO, o sea una forma de tratar con estos pacientes en que el terapeuta se ponga firme y les desnude como se están inventando su propia realidad (por ejemplo, dándose cuenta que lo que dijeron dos meses atrás es totalmente incoherente con lo que están diciendo en la sesión del momento, siendo que en ambas ocasiones lo decían sin dudar de lo que estaban diciendo, y sin notar ahora la incoherencia con lo que se dijo antes).
La mayoría de los terapeutas no saben detectar al borderline y por lo tanto no saben darse cuenta que lo que el paciente le está contando es el invento de su propia realidad (presente y pasada) multiplicando por diez o dividiendo por diez lo que “le pasa” o “le pasó”.
Y si empezas por creerle al borderline las mentiras que se dice a si mismo y te dice como consecuencia a vos, mal podes ayudarlo a crecer y compensar sus carencias en el hardware cerebral.
Por lo cual los pacientes borderline se terminan casi siempre estrellando en su propia vida de relaciones humanas porque nadie les dice “estas confundiendo tu imaginación con la realidad y nada bueno puede salir de tomar decisiones de vida basadas en la imaginación de tu realidad, pasada y presente”.
Posdata: en defensa de los psicologos debo decir que cuando el psicologo (o la pareja o el amigo) le dice a la persona con trastorno borderline “no es asi lo que decis, la realidad es tal otra, por tal y tal motivo” el paciente suele dejar ahi la terapia (o a la pareja o al amigo que le dice la verdad que no quiere oir)

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